miércoles, 7 de diciembre de 2011


Estamos consumiendo el último mes del año casi sin inmutarnos, y ahora viene cuando nos arrepentimos, cuando nos planteamos y creamos los conocidos "Propósitos de año nuevo". Algo, que personalmente, considero una perdida de tiempo a más no poder. Porque... ¿De que sirve decir que dejaré de fumar o que adelgazaré el día 1 de Enero si unas horas después diré: "Vale, el último cigarrillo del año" o me pondré hasta el culo de alcohol? De nada, de eso sirve.
Por ese motivo mis años no empiezan colmados de propósitos que quiero cumplir pero que se que no haré, sino que simplemente me dedico a proponerme un plan, un camino a seguir, una meta que alcanzar, algo más tangible, algo que si no consigo no me sentiré decepcionada, sino satisfecha por saber que he echo absolutamente todo lo que podía para conseguirlo, pero que aún así se me ha escapado de las manos.

Y este año mi meta eres tú.

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